Estudios Filosóficos es una de las revistas decanas del pensamiento
filosófico en España. Viene participando en la filosofía de
nuestro país desde 1952 y compartiendo de forma paralela e implicada las
grandes transformaciones culturales, ideológicas y políticas. Objetivamente
podríamos decir que se ha convertido en uno de los referentes importantes
de nuestra actualidad filosófica. A través del sustento de sus señas
de identidad ha permitido la colaboración de numerosos autores de distintas
tendencias y ámbitos de trabajo. Se trata, por ello, de una revista que está
hoy configurada como un texto en sí misma, cuyo mundo auténtico sólo
se consigue vislumbrar en tanto que memoria compartida y como escritura común.
Sin duda esa vocación de permanencia de lo escrito es lo que consolida su
gran aportación a lo largo de todos estos años.
Surgida como órgano de expresión inicial de los Estudios Generales
de Filosofía de los Dominicos españoles, más tarde denominado
Instituto Superior de Filosofía, los primeros 20 años de existencia
tuvieron su sede en la localidad cántabra de Las Caldas de Besaya. No obstante
el traslado institucional a Valladolid a principios de los 70 no sólo implicó
una clara expansión social y relacional con otras instituciones y proyectos
del entorno, sino también una revitalización en cuanto a las ideas
y a la proyección cultural. Todo ello la ha hecho ir de la mano de los acontecimientos
históricos y filosóficos de nuestro país en este último
medio siglo, gracias a la dirección de diversos frailes como, Jesús
R. Arias, Generoso Gutiérrez, Jesús García Álvarez,
Teófilo Urdánoz, Emilio García Estébanez, Eladio Chávarri,
Ángel Martínez Casado, Fernando Soria y Sixto J. Castro, además
Marco histórico en el contexto del pensamiento español
Tras la guerra civil española surgió, dentro del panorama filosófico
de nuestro país, un grupo de autores nacidos hacia 1925, a partir de los
cuales se puede percibir el germen de las grandes transformaciones institucionales
e intelectuales que se obrarían en la década de los setenta. Se trata
de una generación de pensadores arraigada de forma general en la filosofía
tradicional pero claramente abierta y reactiva. Su autodidactismo y aislamiento,
motivado por las circunstancias de represión más duras del régimen
franquista, es lo que provoca la lucha por una identidad. Identidades individuales,
no obstante, dado que su orfandad les impidió la realización de empresas
comunes y la toma de conciencia de grupo. Autores como Montero, Garrido, Rábade,
Caffarena, París, López Quintás, Gustavo Bueno, Álvarez
Turienzo, Cencillo, Lledó..., desde muchos punto de vista diferentes, algunos
de ellos formados en la tradición escolástica más dogmática,
consiguen obrar progresivamente una transformación crítica en diferentes
ámbitos del pensamiento. La introducción de nuevas perspectivas en
lógica, epistemología, filosofía de la ciencia, filosofía
del lenguaje y hermenéutica y la peculiar asimilación de tendencias
sociales y marxistas establecen las bases para que la primera generación
de los denominados “filósofos jóvenes” de 1936 dé
un impulso definitivo a las líneas eje del pensamiento de la transición
democrática.
Estudios Filosóficos, de igual modo a como ocurre con el pensamiento
oficial, es aún de forma general impermeable a esos aires de transformación
en su primera época. Se podría decir que algunos trabajos inconscientemente
críticos que por despiste superaban la censura interna de la propia revista
ofrecían un contrapunto a la casi exclusiva investigación aristotélico-tomista
de estos años. Ahora bien, es preciso decir, no obstante, que aunque enmarcado
en un clima claro de lineamiento filosófico la mayor parte de los trabajos
de este periodo son de gran calidad, de gran capacidad científica y de tremenda
preocupación por la actualidad filosófica. De hecho, pronto la revista
se fue ganando el reconocimiento de la comunidad filosófica dentro del citado
ámbito científico. Pero quizás aún más. Sobre
todo en los primeros números se percibe una capacidad importante de apertura
hacia lo que ocurre en los asuntos filosóficos de nuestro país. A
nuestro entender este tono se puede deber a la liberación que supuso el distanciamiento
del formalismo teológico de La Ciencia Tomista y al mismo tiempo
a la juventud de sus primeros responsables.
Pasando rápido por los avatares del pensamiento español podríamos
decir que sería propiamente esa generación crítica de “filósofos
jóvenes” los que en alguna medida entran en contacto con ese grupo
de Dominicos que se consiguen liberar de la dura ortodoxia Tomista y entran en implicación
directa con los movimientos sociales. No es tanto la derivación analítica
de esta renovación del pensamiento español como la estrictamente dialéctica
la que incide más en los responsables de Estudios Filosóficos.
En concreto la preocupación ética de la mano de la radical reivindicación
de libertad ideológica y de justicia social de los movimientos anarquistas
y de la síntesis comunista del personalismo cristiano acabo tomando forma
en un grupo de trabajo cuyos trabajos se irían incluyendo poco a poco en
la revista.
Tras las urgencias políticas de aquellos años Estudios Filosóficos
en la actualidad sigue plenamente incorporado al devenir de nuestra filosofía
más actual. En concreto la gran preocupación sobre la que insisten
los numerosos colaboradores de las distintas instituciones universitarias del país
es pensar el tiempo de tránsito en el que nos encontramos. La revista se
encuentra especialmente implicada en esta tarea esencial y en su intención
se halla la firme apuesta por hacer salir fortalecido al ser humano de este debate.
Espontáneamente estas aspiraciones hacen que la perspectiva predominante
esté vertebrada por los compromisos con la acción, tanto desde sus
fundamentos de aplicación como en su acceso hermenéutico al significado
en ellas implícito. De este modo, podría decirse que ética
y hermenéutica se convierten en los dos grandes ejes que atraviesa la inquietud
de un discurso aún tremendamente vivo y abierto.
Actualidad y proyección.
Actualmente la revista cuenta con varios cientos de suscriptores y se canjea con
más de 200 revistas de todo el mundo. Entre ellas están revistas del
prestigio de American Philosophical Quarterly, Revue Philosophique de Louvain, The
Monist, The Review of Metaphysics o The Thomist. La política
de la dirección de la revista es aumentar el número de canjes, pues,
si es un hecho que en los cinco continentes se puede acceder a Estudios Filosóficos,
se ha creído conveniente aumentar la presencia de la misma en las diversas
instituciones académicas. Los artículos aparecidos en Estudios Filosóficos
son indexados en los índices más prestigiosos, lo cual no deja
de ser un motivo de orgullo para los responsables de la misma, tanto el consejo
de redacción, como el comité científico, compuesto por expertos
de renombre internacional. Quizá por ello, Estudios Filosóficos
recibe más solicitudes de colaboración de las que puede publicar.
Su política siempre ha sido, y seguirá siendo, contar con la colaboración
de filósofos de prestigio y ofrecer la posibilidad a los jóvenes creadores
de tener un marco en el que dar salida a sus investigaciones.