Sobre la revista

Estudios Filosóficos, Revista de investigación y crítica, es el órgano de expresión del Instituto Superior de Filosofía de Valladolid de la Orden de Predicadores, dominicos.

Aparece por primera vez el seis de junio de 1952, a modo de “Memoria de los cursos académicos del Estudio General de Filosofía de Las Caldas de Besaya (Santander, España)”. En 1953 se concibe como “Revista de investigación y crítica publicada bajo la dirección de los Dominicos del Estudio General de Filosofía de Las Caldas de Besaya (Santander, España)” con dos números anuales. En 1956 se dirige también desde Las Caldas de Besaya como “Revista de investigación y crítica publicada por los Estudios de Filosofía de los Dominicos Españoles”, con tres números anuales (nº 8). Finalmente, en 1973, aparece en Valladolid, siendo órgano del “Instituto Superior de Filosofía OP”, con tres números anuales (nº 59).

Actualmente, la Revista se propone contribuir a la investigación libre y crítica en el área del saber filosófico. En este sentido, sólo se impondrán limitaciones a aquellos trabajos que, a juicio del Consejo de Redacción, no ofrecieren la suficiente calidad científica o literaria o a aquellos que, por otra serie de causas, no pudiesen ser aceptados en un determinado momento.

Breve reseña histórica

Estudios Filosóficos es una de las revistas decanas del pensamiento filosófico en España. Viene participando en la filosofía de nuestro país desde 1952 y compartiendo de forma paralela e implicada las grandes transformaciones culturales, ideológicas y políticas. Objetivamente podríamos decir que se ha convertido en uno de los referentes importantes de nuestra actualidad filosófica. A través del sustento de sus señas de identidad ha permitido la colaboración de numerosos autores de distintas tendencias y ámbitos de trabajo. Se trata, por ello, de una revista que está hoy configurada como un texto en sí misma, cuyo mundo auténtico sólo se consigue vislumbrar en tanto que memoria compartida y como escritura común. Sin duda esa vocación de permanencia de lo escrito es lo que consolida su gran aportación a lo largo de todos estos años.

Surgida como órgano de expresión inicial de los Estudios Generales de Filosofía de los Dominicos españoles, más tarde denominado Instituto Superior de Filosofía, los primeros 20 años de existencia tuvieron su sede en la localidad cántabra de Las Caldas de Besaya. No obstante el traslado institucional a Valladolid a principios de los 70 no sólo implicó una clara expansión social y relacional con otras instituciones y proyectos del entorno, sino también una revitalización en cuanto a las ideas y a la proyección cultural. Todo ello la ha hecho ir de la mano de los acontecimientos históricos y filosóficos de nuestro país en este último medio siglo, gracias a la dirección de diversos frailes como, Jesús R. Arias, Generoso Gutiérrez, Jesús García Álvarez, Teófilo Urdánoz, Emilio García Estébanez, Eladio Chávarri, Ángel Martínez Casado, Fernando Soria y Sixto J. Castro.

Tras la guerra civil española surgió, dentro del panorama filosófico de nuestro país, un grupo de autores nacidos hacia 1925, a partir de los cuales se puede percibir el germen de las grandes transformaciones institucionales e intelectuales que se obrarían en la década de los setenta. Se trata de una generación de pensadores arraigada de forma general en la filosofía tradicional pero claramente abierta y reactiva. Su autodidactismo y aislamiento, motivado por las circunstancias de represión más duras del régimen franquista, es lo que provoca la lucha por una identidad. Identidades individuales, no obstante, dado que su orfandad les impidió la realización de empresas comunes y la toma de conciencia de grupo. Autores como Montero, Garrido, Rábade, Caffarena, París, López Quintás, Gustavo Bueno, Álvarez Turienzo, Cencillo, Lledó..., desde muchos punto de vista diferentes, algunos de ellos formados en la tradición escolástica más dogmática, consiguen obrar progresivamente una transformación crítica en diferentes ámbitos del pensamiento. La introducción de nuevas perspectivas en lógica, epistemología, filosofía de la ciencia, filosofía del lenguaje y hermenéutica y la peculiar asimilación de tendencias sociales y marxistas establecen las bases para que la primera generación de los denominados “filósofos jóvenes” de 1936 dé un impulso definitivo a las líneas eje del pensamiento de la transición democrática.

Estudios Filosóficos, de igual modo a como ocurre con el pensamiento oficial, es aún de forma general impermeable a esos aires de transformación en su primera época. Se podría decir que algunos trabajos inconscientemente críticos que por despiste superaban la censura interna de la propia revista ofrecían un contrapunto a la casi exclusiva investigación aristotélico-tomista de estos años. Ahora bien, es preciso decir, no obstante, que aunque enmarcado en un clima claro de lineamiento filosófico la mayor parte de los trabajos de este periodo son de gran calidad, de gran capacidad científica y de tremenda preocupación por la actualidad filosófica. De hecho, pronto la revista se fue ganando el reconocimiento de la comunidad filosófica dentro del citado ámbito científico. Pero quizás aún más. Sobre todo en los primeros números se percibe una capacidad importante de apertura hacia lo que ocurre en los asuntos filosóficos de nuestro país. A nuestro entender este tono se puede deber a la liberación que supuso el distanciamiento del formalismo teológico de La Ciencia Tomista y al mismo tiempo a la juventud de sus primeros responsables.

Pasando rápido por los avatares del pensamiento español podríamos decir que sería propiamente esa generación crítica de “filósofos jóvenes” los que en alguna medida entran en contacto con ese grupo de Dominicos que se consiguen liberar de la dura ortodoxia Tomista y entran en implicación directa con los movimientos sociales. No es tanto la derivación analítica de esta renovación del pensamiento español como la estrictamente dialéctica la que incide más en los responsables de Estudios Filosóficos. En concreto la preocupación ética de la mano de la radical reivindicación de libertad ideológica y de justicia social de los movimientos anarquistas y de la síntesis comunista del personalismo cristiano acabo tomando forma en un grupo de trabajo cuyos trabajos se irían incluyendo poco a poco en la revista.

Tras las urgencias políticas de aquellos años Estudios Filosóficos en la actualidad sigue plenamente incorporado al devenir de nuestra filosofía más actual. En concreto la gran preocupación sobre la que insisten los numerosos colaboradores de las distintas instituciones universitarias del país es pensar el tiempo de tránsito en el que nos encontramos. La revista se encuentra especialmente implicada en esta tarea esencial y en su intención se halla la firme apuesta por hacer salir fortalecido al ser humano de este debate. Espontáneamente estas aspiraciones hacen que la perspectiva predominante esté vertebrada por los compromisos con la acción, tanto desde sus fundamentos de aplicación como en su acceso hermenéutico al significado en ellas implícito. De este modo, podría decirse que ética y hermenéutica se convierten en los dos grandes ejes que atraviesa la inquietud de un discurso aún tremendamente vivo y abierto.

Actualidad y proyección

Actualmente la revista cuenta con varios cientos de suscriptores y se canjea con más de 200 revistas de todo el mundo. Entre ellas están revistas del prestigio de American Philosophical Quarterly, Revue Philosophique de Louvain, The Monist, The Review of Metaphysics o The Thomist. 

La revista se compone de tres secciones: Estudios, notas y reseñas.